Candlelight: Un concierto bajo las estrellas
Por: Claudia Sánchez Juárez
Las ciudades a menudo esconden entre los muros de sus muchos edificios todo tipo de curiosidades y secretos. Si pudiéramos en determinadas fechas, observar a la ciudad de Tijuana desde el cielo, tendríamos la fortuna de que nuestros ojos se vieran atraídos hacia el fulgor de las velas que iluminan la explanada del Antiguo Cine Bujazán, para los conciertos Candlelight.
Los anteriormente mencionados son eventos que ofrecen a la población local una experiencia singular a la hora de deleitarnos con música clásica. Qué mejor oportunidad de familiarizarse con el género que a la luz de miles de velas. Candlelight es una serie de conciertos que ofrecen la oportunidad de ampliar la cultura musical del espectador y de sacar una foto bonita para Instagram.
Cabe destacar el uso de una narrativa, cada fecha de concierto ostenta un título o tema diferente. El programa musical parece estar diseñado en favor de sintetizar años de historia. Los músicos del “Cuarteto Virá” se encargan de guiarnos a través de los momentos musicales más relevantes dentro del periodo de tiempo que corresponda al concierto. Así que, además de entretenido resulta una experiencia didáctica.
La acústica del lugar y la ambientación solemne resultan idóneas para disfrutar del evento. Dejando de lado lo favorecedor que resulta la estética proporcionada por las ruinas de un edificio de antaño, las instalaciones del Antiguo Cine Bujazán elevan la tendencia narrativa de los conciertos, encajando perfectamente con su largo historial en lo que a presentar historias respecta. La combinación de todos estos elementos da la sensación de estar disfrutando de un concierto entre las estrellas, donde el cine es el espacio donde solo habitan la música y los oídos para escucharla.
Para rematar la experiencia cósmico-musical, algunos afortunados pudieron toparse a la salida del evento con el excéntrico performance del bailarín Salvador Corona, quien, como si fuese parte del espectáculo, se movió al ritmo de los lúgubres acordes de la Lacrimosa, obra fúnebre que iniciaría a escribir el maestro Mozart poco antes de fallecer.
Resulta agradable que existan cada vez más espacios con cabida al arte y la creatividad en una ciudad que parece no poder interesarse menos en ello, y más emocionante aún es la respuesta de la comunidad a dichas actividades. Es preciso buscar nuevas maneras de experimentar con el arte que ya existe, y en opinión de una servidora, crear experiencias tan atrayentes y divertidas como lo son los conciertos de Candlelight es una buena forma de iniciar.