Un análisis sobre Whiplash

 

Por: Xenia Romero estudiante de OCEC

Whiplash (2014) es una película moderna, dirigida y escrita por el gran director Damien Chazelle, quien también es muy conocido por haber elaborado otros filmes exitosos como La la land, First Man y Babylon, entre otras. Pero desde mi perspectiva Whiplash es un proyecto digno de admirar.

Además de estar compuesta de una manera muy sincronizada en muchos de sus aspectos, tuvo un presupuesto relativamente bajo (de 3.3 millones de dólares) y terminó obteniendo 49 millones de dólares en ganancia. Esta obra cinematográfica trata sobre lo que es el sueño juvenil, llevándonos a una escuela de música en Nueva York donde un joven llamado Andrew Neiman (Miles Teller), tiene una meta a seguir de ser un baterista triunfante. De igual manera, desea ser reclutado por uno de los maestros más prestigiosos de la escuela; el profesor Fletcher (J.K. Simmons), maestro que nos da una imagen de poder, talento, disciplina y coraje.

Por lo tanto, una vez que Andrew es llamado para entrar a la banda de jazz de Fletcher, se da cuenta que no todo es color de rosa. Nuestro protagonista es abusado tanto de forma física, como verbal por el docente, causándole una serie de problemas psicológicos y llevándolo a una fuerte obsesión de alcanzar la “perfección” musical.

Comienza a lastimarse a sí mismo sangrando con las baquetas en las manos, mientras se deja llevar por el ritmo del instrumento. Incluso su vida social empieza a arruinarse, pero finalmente logra llegar a donde deseaba desde un inicio. Uno de los factores que realmente se destaca, es el uso de la música.

A pesar de que el filme no pertenece al género musical, el jazz es usado para envolver la trama de una manera elegante, por lo tanto, resalta en toda la película. Incluso se encuentra en la narrativa y también de manera visual, logrando que componentes sean afectados por la música y dependan de ella, tanto efecto de movimientos y ritmo, hasta la manera en la que la actuación de los personajes se sincroniza con el jazz. Whiplash es una película que tiene una cantidad de escenas muy cautivadoras en la que la música al tomar el control hace que estas escenas se destaquen entre otras donde no se hace mucho el uso de este componente.

Una de las escenas que definitivamente es la mejor y mi favorita (como espectadora y crítica), es la escena del final, donde Andrew se deja llevar por su talento de baterista. En esta última parte de 10 minutos podemos ver una gran cantidad de tomas de plano detalle, que causan mucha emoción al estar viendo el filme, ya que nos las muestran de una forma en la que los cortes de cada una de ellas van concuerdo a la música, creando una satisfacción hacia al espectador. También nos muestran una perspectiva diferente donde se aprecia un poco más a detalle el ambiente donde está sucediendo toda esta resolución, haciendo acercamientos tanto a la batería, como a los protagonistas.

Para sumarle, hay una parte de unos pequeños segundos donde se usa el famoso giro de cámara, whip pan, el cual le dio aún más vida a este mismo momento final, en especial porque estuvo sincronizado con la canción. La actuación de los personajes también fue la apropiada, al mostrar emociones tan fuertes, es algo que sobresale a lo largo de la película. Es por eso que otra escena que considero muy importante y que se destaca mucho entre las otras debido a la actuación fue la escena cuando el profesor Fletcher no deja ir a ninguno de los tres bateristas hasta que logren alcanzar el ritmo que el profesor quiere escuchar. Esta parte se podría decir que es la escena de conflicto que muestra más intensidad a comparación de todas.

La actuación llegó a un punto de realismo tan bueno, que podemos apreciarlo en las expresiones, comentarios sarcásticos, el enojo de Fletcher aventando instrumentos, los gritos y la manera en la que los bateristas sudan del cansancio y como sus manos sangran. También se usa el uso de alternancia visual, al haber espacios donde se muestran una serie de descansos entre la intensidad de esta escena, mostrándonos un poco de lo que está sucediendo fuera del salón donde están los bateristas abusados. Nos da dos puntos de vista distintos que suceden al mismo tiempo y que son de distinta intensidad, por lo tanto, crea un efecto de tiempo transcurrido más notable hasta que llegamos a la última toma de la escena donde Andrew gana el papel. Whiplash es y siempre será una de mis películas favoritas, por este alto nivel de emoción que me causa.

Utiliza una trama muy realística, además de que nos muestran una lección de vida y unos diálogos con frases muy precisas y que, por experiencia personal, se te quedan marcadas. Una de estas que me dejó en reflexión, fue una que comentó el profesor Fletcher, cuando estaba en el club de Jazz con Andrew. “No hay dos palabras que sean más dañinas en nuestro idioma que buen trabajo¨

 
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