La construcción de las feminidades transgénero en la historia del cine moderno: Parte II
Escrito por Julieta Sofía Quirarte Bazán
En Latinoamérica, predomina la idea de que el género es equivalente al sexo biológico, para poder entender la construcción de esta identidad en el medio cinematográfico, necesitamos saber que en la actualidad es, cada vez, más aceptada la idea de que el género no está atado directamente con el sexo, y ya no comparte la aparente rigidez del pasado. Judith Butler habla sobre cómo hemos tomado como punto de partida, para la construcción del género en la literatura y el lenguaje, la interpretación falocéntrica y binaria (Butler, 54), y se puede asumir que esta se puede ver reflejada, también, en el arte visual.
A finales de los años 90´s y en la década de los 2000´s, llega una cierta “seriedad” a la hora de crear historias alrededor de personajes transgénero en el cine, sin embargo, estas representaciones alimentaron un deseo voyeurístico de consumir historias de violencia hacia estas disidencias para fines de entretenimiento. Acercándonos un poco a la creación de masculinidades trans, una de las más enigmáticas de la época fue Boys Don’t Cry (1999), la cual fue extremadamente irrespetuosa e irresponsable en el trato de su personaje principal. El protagonista no solo es víctima de diferentes tipos de violencia, sino que la película hace un manejo maniqueo e incluso agresivo contra el personaje que encarna a una persona de la comunidad transexual, que pretende representar, además de que no se proporcionan herramientas adecuadas para que una audiencia, ignorante en el tema, sea capaz de conocer sobre este tema con la sensibilidad que se merece.
Esta nueva ola de querer presentar historias “reales” nos trae en la década del 2010-2020, películas como Dallas Buyers Club (2014) — cuyo personaje trans es completamente fabricado para fines de entretenimiento, aunque fue presentada como una película basada en una historia real, no le otorga el tratamiento que merece — o The Danish Girl (2015) — la cual ficcionaliza y sensacionaliza la experiencia de una mujer real que trae como resultado una vertiente de películas que solo parecen ser carnada de galardones para sus actores principales hetero-cis. Sin importar cuanta “preparación” pudieron haber tenido para lograr representar una identidad trans y minimizarla al travestismo de sus dos actores principales, y ofrece a la audiencia lo que, en su momento, nos advirtieron algunos teóricos feministas-queer: “que las disidencias del género solo son válidas cuando son inteligibles por las normas reconocibles del binarismo, y los estándares de una sociedad heterosexista” (Butler, 70); creando así un nuevo rol para las feminidades transgénero: un hombre que es víctima de su propia condición, un “querer ser” mujer.
Afortunadamente, a lo largo de ésta década podemos empezar ver un faro de luz en la distancia: mujeres transgénero retratando y produciendo historias fieles a sus propias experiencias.
Nota de la autora
Quisiera tomar un espacio para agradecer a todes el tiempo que se tomaron para leer el primer artículo de esta breve serie de ensayos. Aunque la historia de la representación de las disidencias de género en el cine moderno es un poco pesimista, veo una evidente evolución en la manera en la que, como consumidores de arte cinematográfico, recibimos estas historias de forma más ética, respetuosa y con una mayor sensibilidad. En la tercera parte, hablaré un poco más de la representación positiva de esta comunidad.
Bibliografía
Butler, J. (2022). El Género en disputa: El Feminismo y La Subversión de la Identidad. Ediciones Culturales Paidós, S. A. de C. V.
Phillips, J. (2006). Transgender on screen. Palgrave Macmillan.