Una mirada al cine regional del noroeste: Los débiles
Por: Luis Fernando Celaya
Cuando pensamos en cine mexicano, inevitablemente visualizamos la industria que habita en la capital del país o en las obras naturalistas y antropológicas que se realizan en la zona del sur, sin embargo, en el norte se produce y se encuentran propuestas de calidad muy afines a la idiosincrasia norteña, como residente de la península de Baja California, me gustaría abrir un bloque de búsqueda que exponga las producciones de nuestro cine regional, empecemos con una película producida en el estado de Sinaloa que, de forma errónea, intuimos que no existe cine, más allá de algunas series americanas que se sitúan ahí.
Los débiles (2018, México) es un largometraje mexicano dirigido por Eduardo Giralt Brun y Raúl Rico, producido en la ciudad de Mazatlán, presenta un argumento sencillo. Un joven perteneciente a una pandilla mata al querido perro de nuestro personaje principal, un solitario hombre llamado Víctor (José Luis Lizarraga), también nombrado como "Güero de Rancho", quien emprende un viaje en busca de venganza, suena familiar la trama ¿No es así?
A diferencia de los estereotipos que rodean a esta temática, la película aborda formas que no podrían ser más diferentes, pues estamos ante una obra con un ritmo lento, cuasi contemplativo, con pocos diálogos y una fotografía preciosista, pero verosímil, filmada en un estilo de Road Movie con elementos Neo-Western, que conforme pasa la trama su seriedad se va transformando y transita hacia una comedia negra y seca o "deadpan" que recuerda mucho a Kaurismäki, y podemos apreciar a personajes muy peculiares que enriquecen la experiencia, pero dejaré de escribir sobre el estilo, pasaré a lo que realmente importa, la sustancia.
La historia inicia con una pequeña anécdota narrada en voz en off, que trata sobre uno de los divertimentos que tenía Víctor durante su la infancia, que era atrapar ratas y encerrarlas en cubetas llenas de pirotecnia.
Con esta acción, desde el minuto uno nos introducen la hostilidad que vamos a presenciar, y digo hostilidad porque Sinaloa es una de la regiones del país cuya característica primordial es la violencia del crimen organizado, sin embargo, en esta película no hay violencia, aunque la obra logra crear una atmósfera de hostilidad, lo puedes notar en el lenguaje y comportamiento hostil de los personajes, jóvenes jugando a ser sicarios, niños jugando a las peleas, la radio dando noticias de cómo se han encontrado cadáveres en la carretera de Mazatlán, diálogos cotidianos sobre secuestros o "levantones", no nos muestran imágenes explícitas, sin embargo hay una atmósfera con un olor penetrante a muerte.
Víctor, va en la búsqueda de la pandilla "La liga de la sierra", tiene su propio símbolo y nunca mejor dicho, un arma de fuego AK-47 y un bate de baseball; y no es casualidad, puesto que además de que en Sinaloa existe una normalización de las armas de fuego, el deporte del baseball es el predominante en este estado.
Partiendo de esto, sin dar más detalle del clímax no del final, en mi interpretación personal, encuentro una sensación agridulce, puesto que en la pandilla no predomina una naturaleza de violencia voluntaria y usan estos elementos como parte de la idealización de la intimidación y las amenazas que emanan de ella por culpa del contexto social en el que viven, sin embargo, hay un sentido de pertenencia comunal, con la tierra que pisan, con el aire que respiran, con los vecinos y amigos que juegan.
La película se torna en una alegoría usando el deporte como territorio y, finalmente, el viaje cuya finalidad era un acto de venganza, se transforma y encuentra un nuevo significado.
Los débiles es un claro ejemplo de que el cine del noroeste tiene un enorme potencial y muchas historias por contar afines a nuestra idiosincrasia, no limitemos nuestra emergente industria las tres temáticas de toda la vida, en ocasiones nuestro cine regional se puede llegar a truncar, pero no cabe duda que finalmente nuestras posibilidades de creación siguen explotando de formas sorprendentes e imaginativas.