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La filosofía de Guillermo Del Toro (Análisis en El laberinto del fauno y Shape of water)

Por Edgar Ulises Ríos Díaz 

Guillermo del Toro se ha caracterizado por dirigir películas de género fantástico, donde podemos encontrarnos con monstruos o personajes fantásticos, además de una narrativa que incluye dramas históricos, como la Guerra Civil Española en El Laberinto del Fauno (2006, México y España), o la Guerra Fría de la década de los sesenta en Shape of Water (2017, EE.UU., Cánada y México). Su peculiar estilo le ha permitido consagrarse en la industria cinematográfica gracias a su trabajo de dirección, que incluye su involucramiento en el guion, montaje de escenas y creación de personajes. En Shape of Water logró hacerse merecedor de un Oscar como mejor director, además de mejor película. Sus premios y reconocimientos, hasta este momento incluyen también los Globos de Oro, BAFTA, Cannes, Goya y Ariel, entre otros galardones.

Del toro ha logrado que veamos a los monstruos fuera del estereotipo en el que están encasillados, porque por lo regular los vemos cómo seres abominables, capaces de dañar a los inocentes, seres sin corazón ni capacidad de hacer uso de razón, cuyo único motivo es perturbar la armonía de una comunidad; en cambio Del Toro nos mete en sus historias y nos presenta el otro lado de los monstruos, llegando casi a humanizarlos, incluso más que al hombre y nos muestra su lado incomprendido, como en sus películas El laberinto del fauno y The Shape of Water, donde juega con la percepción que poseemos de esos seres fantásticos y a pesar de que los monstruos pueden ser seres mal vistos desde una perspectiva y un prejuicio erróneo, los presenta como personajes que poseen sentimientos y razones para actuar de la forma en que lo hacen.

Parece que la intención de Guillermo en sus películas es la de mostrarnos que en varios aspectos los humanos terminan siendo los seres abominables y sin uso de razón, incluso más malvados e irracionales que los monstruos, lo que queda muy claro en caso de las dos películas mencionadas (Laberinto del fauno y The Shape of Water), los antagonistas suelen ser los personajes atractivos y elegantes, que en el desarrollo de la trama son ellos los que terminan perdiendo toda la humanidad y se convierten en seres grotescos y desalmados. Por el contrario, las actrices principales suelen venir de un contexto depresivo, en el caso de Ofelia, una sobreviviente de la Guerra Civil Española y Elisa, quien vive oprimida por las imposiciones resultantes de la Guerra Fría, su trabajo y estatus social; en ambos casos será gracias a los monstruos que ellas lograrán escapar de la triste realidad en las que su presencia era irrelevante e incluso invisible, y los monstruos funcionarán cómo las entidades que las ayudarán a transformarse y actuar para encontrarse en una existencia más plena.

Recalco estas dos películas porque son en las que, para mí, están más presentes los elementos que definen a Del Toro cómo un director único y excepcional, con su original visión de los monstruos que viven fuera de la otredad maligna que perturba la paz humana, como si el mensaje siempre fuese que nunca hubo paz y solo fueron los humanos los que mostraron su verdadera cara, mientras que los monstruosos relucen como los seres antagónicos benevolentes que entienden al incomprendido, porque ellos han pasado por lo mismo. 

La reflexión final es que podemos interpretar que estas historias y personajes fantásticos son una metáfora infantil en donde nada es lo que parece, porque los verdaderos monstruos nos son los seres horrendos y que nos provocan miedo, los verdaderos seres malvados y horribles son los personajes que se visten de forma elegante, que te reciben con buenos modales y poseen una gran fortuna, son esos que sin revelarte sus verdaderas intenciones serán capaces de traicionar, intrigar e incluso asesinar. Las historias de Del Toro son maravillosas porque, en apariencia son romances para adolescentes e historias mágicas para los niños, pero que en su contenido coexisten mundos complejos, profundos y que poseen múltiples posibilidades de lectura, tanto para hoy como para el futuro.