OBSERVATORIO

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El cuento fantasma

Por: Armando Del Olmo estudiante de OCEC

Estas hojas parecen tomar la forma de lapidas que se acumulan en mi espalda las cuales me ruegan que siga adelante con mi camino pero inevitablemente me lo impiden. Pero como alguien que trata de plasmar sus sentimientos en forma de palabras tiendo a exagerar un tanto las cosas. Estas lápidas no están hechas de piedra sino de un material más sensible, uno más ligero, uno que toma forma de una hoja que reposa en una libreta cualquiera. En dicha libreta yace la historia que nunca escribí, la que siempre anduvo danzando en mi cabeza pero nunca logro concretar su propia coreografía. Esa narrativa la cual le mandaba señales a mis manos para que agarrara el lápiz y convirtiera de muerte a vida esas palabras que nunca escaparon de mi cabeza. Esas líneas, esos diálogos, esos giros de trama los cuales dentro del macro de mi imaginación pintaban para crear una obra maestra.

UN ESCRITOR DEBE ESCRIBIR

Tanto alardeabas de conocer a tantos escritores, tantas novelas que estaban bajo tu colección solo terminaban sirviendo como adorno más que como herramientas para completar esa construcción que tenías en mente, tantas veces que presumías saber la teoría de Lagos Egri, pero nunca……. Nunca pusiste esos conocimientos que tanto enaltecías tener en ti en práctica. Dichas cosas se resguardaban en ese mundo de fantasía el cual al enfrentarlo en esa hoja blanca, tanto fanfarroneo procedía a esconderse en un rincón de tu cerebro que por afán de imitar al mismo, tú procedías a arrinconarte en tu cuarto para estar lo más lejos posible del escritorio. Las palabras te sobraban en mente pero escaseaban en papel.

UNA PERSONA ES ESCRITOR POR NATURALEZA

Cuando por fin te animaste a escribir, no parabas de autocriticar tu trabajo proclamando que no era digno de ser publicado. Borrador tras borrador le hacías tanto honor a esa palabra que regresabas a tu punto inicial el cual era esa página en blanco que revelaba tu libreta frente a ti. Quizás el material era bueno, quizás era malo, nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que nunca te atreviste a averiguar cuál de las dos respuestas seria.

PERO UN ESCRITOR NO ES UNA PERSONA, ES UN ENTE QUE NOS RODEA CUANDO ATESTIGUAMOS SU OBRA.

Los fantasmas por definición son almas muertas que nos acechan en vida. Me causa gracia porque la palabra fantasma deriva del griego “aparición”. Esta alma muerta que me acecha para escribirla solo aparece en forma de ideas cuando en realidad debería de aparecer frente a mis ojos yo leyéndola para darle tratamiento y no detrás de ellas dándoles pensamiento.

Las personas que creamos somos un conjunto de memorias las cuales nosotros apropiamos de otra vida y las plagiamos a través de la tinta.

Para la persona común juzgando como tercero hacia ti dirá que es puro procrastinar tuyo la razón por la cual no tomas acción y que solo por emplear la misma y empezar a mover la pluma harás que todos tus problemas se resuelvan. Pero no, ellos no saben que el escribir es una especie de guerra, tu rifle de combate es la pluma que portas y la hoja en blanco es el campo minado por el cual debes de cruzar. Nunca sabes cuándo será tu último paso dentro de estas hojas solo sabes que debes de caminar con ellas y si tropiezas puede ser el fin. Al igual que un soldado debe de tener puntería perfecta, tú como escritor debes de tener un dialecto perfecto, cada golpe debe de ser duro al igual que cada palabra, cada pisada deber de ser cautelosa al igual que cada punto y aparte, cada soldado debe de saber arrematar a su rival al igual que cada escritor debe cerrar en una nota alta su historia. Uno puede salir vivo de la guerra pero la guerra sigue viva en ti, al igual que esa historia sigue viva en ti.

AMOR, DESPRECIO, CORAJE, ODIO, BONDAD, PACIENCIA, ENOJO, TRISTREZA, FELICIDAD…….. ES LO QUE NECESITAS PARA TRASPASAR CUALQUIER LIBRO.

Uno crece con la idea de que los fantasmas solo dan miedo cuando uno es niño. Ese monstruo debajo de la cama emigra a otro hogar cuando se pierde la niñez, pero no, ahí sigue. Cuando hago contacto con la almohada y cierro las hojas, ahí estas esperando a ser escrito. Despierto al siguiente día, me coloco frente al escritorio, abro mi libreta, a lado coloco mi pluma y cuchillo, averiguaremos cual me incitas a usar primero cuando te vuelca a enfrentar, viejo amigo fantasma.