Nosotros (somos) historias
Uno se cuenta a sí mismo una historia mientras crea otra y atestigua la suya propia.
En primer plano, somos seres de carne y hueso, nuestro escudo es la piel que esconde los órganos que llevamos dentro. Somos una máquina que funciona gracias a un sistema que opera a través de sangre que corre por nuestras venas.
Se podría decir que nuestra gasolina es la comida que metemos a nuestro cuerpo, así este consigue movilidad y energía.
Pero existe otra fuente de combustible, esta nos mueve de otra manera pero es igual de efectiva; las historias. Una ficción funge como un espejo que nos relata lo que nosotros vivimos. La función básica de estos es reflejar lo que vemos y con un relato nos refleja lo que la vida es.
Desde el principio de nuestra existencia estaba presente esta necesidad de contarnos lo que hacíamos, desde que nuestros antepasados pintaban imágenes en esas cavernas para detallarle a los demás lo que eran las criaturas que cazaban, hasta hoy en día que contamos historias en cualquier medio: en papel, vídeo, música, etc, etc.
La narrativa nos enseña, ¡pero sobre todo nos inspira! y qué mejor inspiración para el humano que verse a sí mismo reflejado en los zapatos de alguien más y decir: “sí, así es la vida, tal como la retratan aquí”.
Tú eres el protagonista de tu obra, a la misma vez, el secundario de la obra de alguien más, eres el clímax, eres el inicio, eres el desarrollo, eres el continuará……, eres el final, eres todo lo que engloba una historia.
Drama, comedia, terror, intriga, romance, puedes ser todas o puedes ser ninguna pero evocas una de estas en alguien más.
Estamos hechos de historias, siempre será así, el día que no tengamos historias para contarnos será el día que la última página de nuestra existencia se cierre y así concluya el libro que tiene como título ¨Nuestra vida¨.
Por: Armando Del Olmo, estudiante de OCEC